jueves, 7 de agosto de 2014

El tridente de Neptuno / Neptune's trident


Me dijo una vez un almirante de la Armada que puede analizarse la historia de España en función de la atención que le ha prestado al mar. Cuando le ha abierto los brazos ha obtenido riqueza. Cuando le ha dado la espalda, ha caído en desgracia.

El círculo de Gadir inauguró ese interés geoestratégico por el mar en la península. El control del estrecho de Gibraltar abría la puerta al comercio de estaño entre las potencias mediterráneas, Portugal, las islas británicas y Escandinavia. Esa pugna se ha repetido una y otra vez durante siglos: la batalla del Salado entre castellanos y benimerines, la incursión islámica que acabó en la batalla de Guadalete, el bloqueo de la ruta textil italo-holandesa o el conflicto por el peñón subsisten de una forma u otra hoy día como asuntos de política exterior habitual.

Los cartagineses arruinaron su posibilidad de vencer la segunda guerra púnica al no mirar al mar. Poseían tres de los mejores puertos del Mediterráneo (Mahón, Cartagena y Sagunto), la tradición naval de griegos y fenicios, y los recursos ibéricos para haber formado una flota formidable. Sin embargo, dejaron pasar la oportunidad apostando por un ataque terrestre que no podía prosperar sin suministros navales, lo que aprovecharon los romanos. Sobre todo, después de hundir la flota púnica en la desembocadura del río Ebro. Algo parecido le ocurrió a Bizancio en la costa levantina. Su potente flota permitió mantener la provincia de Spania, pero la crisis imperial abandonó a su suerte a los soldados al otro lado del mar. No fracasaron los vándalos, que supieron utilizar los recursos ibéricos para dar el salto del estrecho, asentarse en el norte de África y consolidarse como reino.

El mar permitió subsistir al reino de Granada y a repúblicas piratas como la de Pechina, en Almería, o la de las islas Baleares. Todas cayeron ante la presión de la política interior. En el norte, Diego Gelmírez puso la semilla para acabar con las razias vikingas iniciando la marina de Castilla en Compostela y los pescadores vascos trazaron larguísimas rutas pesqueras que podrían haberles llevado a América en plena Edad Media.

El reino de Aragón, con la flota catalana, se procuró su fortuna en el convulso Mediterráneo tardomedieval, conquistando Sicilia, Cerdeña y media Italia. Y llevando a sus almogávares a conquistar Atenas y saquear Constantinopla. Con el ejemplo valenciano, asumieron el complejo proteccionismo legal de los consulados del mar. Esta estructura sería copiada por Castilla en época de los Reyes Católicos, que crearían el consulado de Burgos para potenciar su mercado lanero en Flandes. Lo harían después de disolver la hermandad de las marismas, que tan buenos servicios dio en las guerras de los Cien Años y de las Dos Rosas. Las marinas de ambos reinos crearon la Armada, que inició sus andanzas luchando en Sicilia para el Gran Capitán y que fue una referencia hasta la batalla de Trafalgar. Las victorias navales en las plazas norteafricanas y en Lepanto redujeron la amenaza turca para todo el Mediterráneo, aunque no acabaron con los saqueos berberiscos, que no cesaron hasta el siglo XIX.

La monarquía hispánica de tintes ecuménicos comprendió, solo en parte, que su futuro estaba en el mar. Un siglo le costó a Castilla conquistar las islas Canarias, punto clave en el descubrimiento de América y en la circunnavegación africana. Los reinos ibéricos pusieron toda su I+D medieval en modernizar su tecnología marítima, aportando el galeón y la modernización de la carabela. Y apenas unas décadas después, los primeros modelos de barco de vapor, la brújula de declinación magnética y el primer cuerpo de infantería de Marina, que cuatrocientos años después realizaría el primer asalto anfibio de la historia. El logro supuso conquistar América y Filipinas, descubrir Oceanía, establecer en relaciones diplomáticas con Japón, China e India; circunnavegar el planeta, realizar el tornaviaje entre Asia y América, y crear la primera ruta comercial mundial entre Cádiz y Manila. Convirtió el Atlántico y el Pacífico en autopistas humanas, facilitando la labor de la flota de Indias, primer convoy naval de la historia e hito comercial apenas afectado por la piratería; realizando expediciones científicas de primer nivel mundial, como la de Alejandro Malaspina o la de Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, y creando el legado cultural mediterráneo más extenso del mundo (no es casualidad que el castellano sea el segundo idioma materno más hablado del planeta).

Pero Felipe II no hizo caso a su padre Carlos I en trasladar la capital de su imperio a Lisboa para engrandecerlo. Apostó por el proteccionismo en el mar, el bullionismo en la economía y la guerra en tierra, creyendo asegurados los océanos, y eso supuso al país varias bancarrotas consecutivas, perder su supremacía militar un siglo después y el tridente de Neptuno, otra centuria más tarde. Al igual que con los Tercios, España se durmió en sus laureles y se quedó anticuada en el mar. Toda esa investigación tecnológica se esfumó en una sociedad sojuzgada por la nobleza, el ejército y la religión; inmersa en la borrachera de riquezas que llegaban del Nuevo Mundo. Holandeses e ingleses les ganaron la partida con sus fragatas y astilleros. Francia, en la industria y el ejército. Y, a pesar de la modernización de la flota del marqués de la Ensenada en el siglo XVIII, España se hundió como país al mismo tiempo que lo hacían los anticuados barcos destruidos en Trafalgar y aquellos que se pudrieron en los puertos durante la guerra de independencia española por orden francesa.

No obstante, todavía sería el mar motivo de avance para el país. Casi motivó una Commonwealth española, supuso la invención del submarino y el destructor, exportó el revolucionario liberalismo gaditano a América y aceleró los procesos independentistas de los virreinatos iberoamericanos, que no querían acatar el modelo de Gobierno napoleónico. La pérdida de Cuba y Filipinas tras una guerra fabricada por el colonialismo estadounidense provocó una crisis que derivó en una edad de plata en la cultura y en el germen de uno de los bancos más potentes del mundo. Hoy día, España se acerca al mar desde la posición comercial privilegiada de ser la puerta europea a Hispanoamérica, y poseer el tercer puerto seco más importante del mundo, una de las industrias de astilleros más avanzadas y la flota pesquera más potente de la Unión Europea.

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An Armada's admiral once said to me that Spanish history can be analysed depending on its attention of the naval issues. When the country has welcomed the seas it has gained wealth. When it has turned its back to the oceans, has fallen from grace.

The circle of Gadir started the peninsular geostrategic interest on sea. The control of the strait of Gibraltar opened the tin trading between the Mediterranean powers, Portugal, British islands and Scandinavia. This fight has repeated over and over again over the centuries: the battle of El Salado between Castilians and Benimerines, the Islamic incursion which ended in the battle of Guadalete, the blockade of the Italian-Dutch textile trade route or the conflict of the Rock of Gibraltar survived until the present in one way or another as habitual matters of external policy.

Carthaginians ruined their chance to win the Second Punic War because of don't bet on the sea. They had three of the best Mediterranean harbours (Mahon, Cartagena and Sagunto), the Phoenician and Greek naval tradition, and the Iberian resources to make a terrific fleet. Nevertheless, they missed the opportunity to bet on a land attack that couldn't take hold without naval support, weakness that Romans exploited. Most of all, after the sinking of the Punic fleet in the estuary of the river Ebro. Byzantines suffered something like this in the Iberian Eastern coast. Its powerful fleet allowed to maintain the province of Spania, but the imperial crisis caused the neglect of the soldiers on the other side of the sea. Vandals didn't failed because they knew howw to use the Iberian resources to move to the other side of the strait, establish in the North of Africa and strenghten as a kingdom.

The sea allowed to survive the kingdom of Granada and the pirate republics of Pechina, in Almeria, and Balearic islands. All of them fell down facing the  continental pressure. In the North, Diego Gelmírez planted the seeds to stop the Viking raids creating the Castilian fleet in Compostela and the Basque fishermen drew extremely long fishing routes that could had taken them to America in the middle of the Middle Ages.

The kingdom of Aragon, with the Catalonian fleet, obtained its fortune in the tumultous low medieval Mediterranean sea, conquering Sicily, Sardinia and a half of Italy. And carrying its almogavares to conquer Athens and plunder Constantinople. Aragon took the Valencian example and assumed the complex legal protectionism of the sea consulates. This structure would be copied by Castile in the period of the Catholic Kings, that would create the consulate of Burgos to strengthen wool market with the Netherlands. They would be able to do it after the dissolution of the Marshland brotherhood, who had rendered so many good services in the Hundred Years' War and the War of the Roses. Those navys joined together and created the Armada, that started its adventures fighting in Sicily under the command of the Great Captain, and that was a reference until the battle of Trafalgar. Naval victories in North African strongholds and in Lepanto lessened the Turkish menace but it didn't defeat the Barbary raids, that didn't end until XIX century.

The ecumenical Spanish monarchy understood, only partially, that its future was in the seas. Castille spent one century conquering the Canary islands, a key place to discover America and circumnavigate Africa. The Iberian kingdoms put all of their Medieval R&D to update its naval technology, contributing with the carabel modernisation and the discovery of the galleon. After several decades later, the first prototypes of the steamboat, the magnetic compass and the first Marine Corp that, four hundred years later, would  make the first amphibious attack of history. The achievement caused the conquest of America and Philippines, the discovery of Oceania, the establishment of diplomatic relations with Japan, China and India; the Magellan-Elcano circumnavigation, the trip between Asia and America, the first worldwide trading route between Cadiz and Manila. It transformed the Atlantic and Pacific in human highways, making easier the task of the Spanish Treasure Fleet, first naval convoy and a trading milestone hardly affected by piracy; developing first level scientific expeditions as the Alessandro Malaspina's trip and the Royal Philantropic Expedition of the Vaccine, and creating the greatest cultural Mediterranean legacy over the world (it's no coincidence that Castilian is the second largest mother tongue in the world).

But Philip II ignored the warning of his father Charles I about to move the capital of his empire to Lisbon to enlarge it. He bet on Protectionism at sea, Bullionism in the economy, and the war over the land, believing that he had assured the oceans, and this supposed several bankruptcies, the lost of the Spanish military supremacy a century later, and Neptune's trident another century after. As with the Tercios, Spain rested on its laurels and became obsolete at sea. All of that technological research fade out in a society subjugated by nobility, army and religion; and was broke up in the river of wealth coming from the New World. Netherlands and England took advantage at sea with frigates and shipyards. France, with the industry and the army. And, despite of the fleet upgrading made by the marquis de La Ensenada in XVIII century, Spain sank at the same time of its old ships in the battle of Trafalgar and those ones which went bad in the harbours during the Spanish Independence War by order of the French Army.

Nevertheless, the sea still would cause progress for the country. It almost motivated a Spanish Commonwealth, supposed the invention of the submarine and the destroyer, exported to America the revolutionary liberalism from Cadiz and accelerated the independence movements of Spanish American viceroyalties, that didn't want to comply with the Napoleonic model of government. The loss of Cuba and Philippines after a war made by US colonialism caused a crisis which resulted in a cultural silver age and the seed of one of the most powerful worldwide banks. Spain currently takes interest in the seas from the privileged trading status of being the gateway between Europe and Latin America, to have the third most important worldwide dry port, one of the most advanced shipyards and the most powerful fishing fleet in the European Union.

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