España e Inglaterra han sido, desde la Edad Moderna, rivales geoestratégicos naturales por el control de los mares. Los ataques e intentos de invasión mutuos han sido habituales. España ha tratado de hacer incursiones en la isla, al menos, seis veces. Y, en cuatro de ellas, lo consiguió.
El primero en intentarlo fue el almirante castellano Fernando Sánchez de Tovar, en la Guerra de los Cien Años. Codo con codo con el almirante francés Jean de Vienne, castigó entre 1374 y 1380 toda la costa sur británica. En una de ellas, remontó el Támesis hasta Gravesend, a unos 30 kilómetros de Londres, ciudad que incendiaron.
Trescientos años más tarde, Felipe II envió a su Grande y Felicísima Armada (lo de Invencible fue un adjetivo que le pusieron los barcos británicos que precedían a la flota) para expulsar a Isabel I del trono inglés tras la ejecución de María Estuardo, y para acabar con la piratería y la intervención británica en la guerra de Flandes. Llegó dos años más tarde de lo que le recomendó Álvaro de Bazán, el gran almirante que, tras aplastar a turcos, franceses y portugueses en el mar, murió meses antes de que zarpase la flota que él mismo diseñó. Las principales causas del desastre fueron la imposibilidad de usar los puertos flamencos, el error de enviar barcos pesados dedicados a los viajes transoceánicos, la falta de comunicación entre el duque de Medina Sidonia y el de Parma, y las pésimas condiciones climáticas en el Canal de la Mancha, el Mar del Norte y las costas británicas. Con todo, el buen hacer de Howard, Drake y, sobre todo, Hawkins; el famoso tiro rápido y todas estas vicisitudes, apenas supusieron la pérdida de 35 buques de transporte. Además, al contrario de lo que se cree, España se repuso pronto de la derrota, venció en la guerra contra los británicos y mantuvo la hegemonía naval durante, al menos, un siglo más.
Apenas siete años después de este episodio, tras ser derrotada la Invencible inglesa en La Coruña y Lisboa, en pleno conflicto sucesorio francés, el almirante Juan del Águila mandó en una expedición de castigo a Inglaterra. Tres compañías de arcabuceros comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron en la península de Cornualles y la arrasaron, tras hacer huir a las milicias inglesas. Celebraron una misa católica en suelo británico y prometieron construir una iglesia católica cuando Inglaterra fuera derrotada.
Dos años después, en 1597, los españoles regresaron. Cádiz había sido saqueada en 1596 y Drake había muerto en Portobelo tras el relámpago del Catatumbo. Mientras la flota inglesa buscaba a la flota de Indias en la isla Terceira, Felipe II envió otra flota desde La Coruña, con más barcos que la Invencible. Siete barcos desembarcaron 400 soldados de élite de los Tercios en Falmouth, después de que se dispersase la flota por un nuevo temporal. Estos se atrincheraron a la espera de refuerzos para marchar sobre Londres. Nadie les hostigó. Dos días después, sin noticias del resto de la expedición, regresaron a España sin contratiempos.
La siguiente ocasión fue la última en la que soldados españoles pisaron suelo inglés. El cardenal Alberoni, consejero de Felipe V, trató de vengar las acciones inglesas para frenar la expansión española por el Mediterráneo, llevando la guerra a Gran Bretaña. En 1719, aprovechando la guerra civil por la pretensión al trono de Jacobo III Estuardo y las revueltas nacionalistas de Escocia, infiltró 300 infantes de marina españoles al mando del projacobita George Keith en Escocia para levantar a los clanes del oeste contra los ingleses. Era una maniobra de distracción para permitir a una flota de 27 barcos desembarcar en la costa inglesa, repleta de jacobitas, un ejército al mando del duque de Ormonde para tomar Londres y deponer a Jorge I. El clima atlántico desarboló la flota cuando se dirigía a La Coruña. Los infantes destinados en Escocia se quedaron solos. Aún así, lograron reunir el apoyo de algunos clanes escoceses. Entre ellos, el de Robert Roy McGregor. Los ingleses se enfrentaron a ellos y les vencieron en Glenshiel. 274 soldados españoles fueron capturados y, posteriormente, regresaron a España.
La última vez que España participó en un intento de desembarco en Inglaterra fue en época napoleónica. 'Le petit caporal' pretendió invadir las islas británicas y para ello se sirvió de una España que actuaba como su satélite. La flota hispana estaba en un estado lamentable, a pesar de las reformas del marqués de la Ensenada. La tripulación que se formó a base de apresuradas levas a las que fueron campesinos, convictos y mendigos. En estas circunstancias, teniendo de compañero de fatigas a un incompetente como el almirante Villeneuve, y enfrentándose, ahora sí, a la aplastante superioridad naval inglesa, la batalla junto a Trafalgar fue una carnicería. Tal fue su importancia para España que la alejó de ser una potencia de primer orden en el escenario internacional y sus carencias navales aceleraron los procesos independentistas en América.
@enriquevdiez
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Spain and England have been natural geostrategic rivals for control of the seas from Modern age. Mutual attacks and invasion attempts have been usual. Spain has tried to make incursions at least six times. It obtained four.
The first person to try it was the Castilian admiral Fernando Sánchez de Tovar, in the middle of the Hundred Years' War. He punished the Southern British coast side-by-side with French admiral Jean de Vienne between 1374 and 1380. In one of these, he went upriver the Thames until Gravesend, 30 kilometers far from London.
Three hundred years later, Philip II sent his Great and Most Fortunate Armada (the term Invincible was invented by the British ships who preceded the fleet) to remove Elizabeth I from power after Mary Stuart' execution, and to end with piracy and the British support to the Dutch in the Eighty Years' War. He arrived two years late. After defeating Turks, French and Portuguese by sea, the great admiral Álvaro de Bazán recommended the king to attack England in 1585 and designed the fleet but died few months earlier. The main causes of the disaster were the imposibility to use de the Flemish harbours, the mistake of sending heavy transoceanic ships, the lack of communications between the duke of Medina Sidonia and the duke of Parma, and the awful climatic conditions in the English Channel, the North Sea and the British coast. However, the good work of Drake, Howard and, mainly, Hawkins; the famous English gunning skills and all of these vicissitudes, hardly represented the loss of 35 transport ships. Although, contrary to what is widely believed, Spain quickly recovered , won the war against the British and kept the naval hegemony at least one century.
In 1595, after the defeat suffered by the Counter Armada in La Coruña and Lisboa, in the middle of the French succession conflict, the admiral Juan del Águila sent a punitive expedition to England. Three companies of arquebusiers under the command of Carlos de Amésquita disembarked in the peninsula of Cornwall and devastated it, after make British militia run away. They celebrated a Catholic Mass and promised to build a Catholic church when England was defeated.
Two years later, Spanish returned. Cádiz had been plundered in 1596 and Drake had died in Portobelo after the Catatumbo's lightning. Philip II sent a fleet from La Coruña with more ships than the Invincible while the British fleet was looking for the Spanish treasure fleet in Terceira island. Seven ships disembarked 400 elite Tercio soldiers in Falmouth, after the Spanish fleet was scattered by another storm. They entrenched waiting reinforcements to march into London. Nobody annoyed them. Two days later, without news of the rest of the expedition, came back to Spain smoothly.
The next ocassion was the last one in which Spanish soldiers treaded on English soil. Cardinal Alberoni, counselor of Philip V, tried to take revenge of the British actions to slow down the Spanish expansion across the Mediterranean sea, taking the war to Great Britain. In 1719, taking advantage of the civil war because of the throne demands of James Francis Edward Stuart and the Scottish nationalist revolt, infiltrated 300 Spanish marines under the command of George Keith in Scotland to rise up the Western clans against England. It was a distracting maneuver to allow a a 27 ship fleet to complete a landing by the South of an army led by the duke of Ormond to remove George I. The Atlantic weather dismasted the fleet when it went to La Coruña. The marines left alone. Even so, they were able to obtain several clans support. Among others, Robert Roy McGregor's clan backing. English army confronted and defeated them in Glenshiel. 274 Spanish soldiers were captured and, subsequently, returned to Spain.
The last time Spain took part in an attempt to disembark in England was in the Napoleonic period. 'Le petit caporal' tried to invade Great Britain with the support of Charles IV. The Spanish fleet was in a sorry state, despite the reforms of the marquis de La Ensenada, which reached its bottom after that battle. The crew was created based on levys of peasants, convicts and beggars. In these circumstances, having the incompetent admiral Villeneuve as a hardship companion, and facing, indeed, the overwhelming superiority of the Royal Navy, the battle of Trafalgar was a carnage. It was so important that Spain ceased being an international first order power and its naval lacks accelerated the American independences.
@enriquevdiez
My English is not very good. I'm trying to improve it. If you find any errors in the text, please write to me (enriquevdiez@gmail.com). Thank you very much.